Las viviendas vacacionales pueden ser un blanco fácil para ladrones y okupas. No obstante, con un sistema de seguridad, la situación cambia

Las segundas residencias son aquellos lugares donde poder desconectar con nuestros seres queridos y pasar nuestras vacaciones. Ya sea en la playa o en la montaña, estos hogares son un oasis de tranquilidad y buenos recuerdos.

Una de cada cuatro viviendas en nuestro país es una segunda residencia, lo que corrobora la gran importancia que tienen este tipo de hogares en España. Sin embargo, estos domicilios pueden traernos ciertas complicaciones, ya que suelen ser objetivos de asaltantes durante una gran temporada, debido a que no se encuentran habitadas todo el año.

Un sistema de alarma podría evitarnos estos problemas tan amargos, los cuales podrían causarnos cuantiosas pérdidas económicas y arruinarnos nuestras tan ansiadas vacaciones.

El fenómeno de la okupación se ha convertido en una preocupación: estos aprovechan para entrar en segundas residencias y ocuparlas, dejando al dueño sin posibilidad de volver a entrar en su hogar. Según un estudio, las denuncias por okupación han aumentado más de un 40% en cinco años en nuestro país, siendo las segundas residencias una de las principales perjudicadas. Una situación que puede volverse larga y turbulenta, muy desagradable para los dueños del domicilio.

La instalación de un servicio de alarmas haría que tantos asaltos como okupaciones ya no sean un quebradero de cabeza y que nuestra segunda residencia sea exclusivamente para lo que se adquirió, disfrutar.

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